Jacob Zuma seguirá al frente de Sudáfrica.
El espíritu de Mandela permanece y ni la corrupción, ni las huelgas, ni las desigualdades sociales han impedido que el Congreso Nacional Africano (ANC) revalide su victoria en las elecciones sudafricanas.
Según los resultados oficiales provisionales, Zuma obtendría la mayoría absoluta, pese a perder tres puntos porcentuales respecto a los anteriores comicios.
Mientras, el partido de los Luchadores por la Libertad Económica (EFF), de Julius Malema, que alcanzaría justo el 5% de los votos, el mínimo necesario para entrar en el nuevo Parlamento.
Su discurso populista contra la corrupción política y la pobreza no ha cuajado, ni entre las clases más desfavorecidas, ni tampoco entre los jóvenes que no conocieron la segregación racial y que votaron por primera vez.
Quien está muy satisfecha es, Helen Zille, líder de la Alianza Democrática (AD), que se consolida como la segunda fuerza política del país.
Subiría seis puntos y aumentaría significativamente su representación parlamentaria. Buen resultado aunque insuficiente para inquietar al presidente Zuma, quien controlaría 2/3 del total de 400 escaños de la Asamblea Nacional.
La lucha contra la corrupción, el desempleo y la pobreza siguen siendo los grandes problemas de Sudáfrica.
