Cada Semana Santa, el cerro San Cristóbal o el “apu” de Lima -montaña divina que protege a la capital peruana- se llena de miles de fieles que recorren cuatro kilómetros en peregrinación hasta la cima.
Desde el alba, una multitud de devotos ora en las 14 estaciones del cerro hasta llegar a la última representada por la cruz de hierro de 20 metros de altura. Una imponente cruz construida hace 90 años da la bienvenida a familias enteras, que llegan para agradecer por los milagros concedidos y rezar por sus seres queridos.