Lo más significativo es la respiración del chaval. Esos segundos en que permanece inmóvil, tragando saliva y mirando angustiado el agua, convencido de que le ha llegado la hora y se lo van a merendar.
El palista navegaba apaciblemente con su kayak en un río de Carolina del Norte, cuando fue sorprendido por un gigantesco caimán, que lo embistió, derribó su embarcación y estuvo a punto de comérselo.
Pete Joyce, un bombero y paramédico, estaba remando en una sección pantanosa del río Waccamaw, mientras una cámara en su cabeza grababa la escena.
De repente, el reptil aparece a escasos metros del kayak y se lanza directamente contra él.
El animal no llegó a abrir sus peligrosas fauces, pero chocó y derribó a Joyce.
"Golpeó el kayak tan fuerte que perdí el equilibrio y empecé a rodar”.
Pete se agarró a las ramas de un árbol y logró darle la vuelta al kayak.
“Podría haber sido mucho peor”.
Después de enderezar su embarcación, las imágenes muestran a Joyce respirando con miedo y como se aleja, remando ahora a una velocidad mucho más rápida que antes.
El animal no volvió a aparecer.
Pete golpeó el plástico para que el ruido espantase al reptil y que sintió “algo” que rozaba la parte inferior de la embarcación.
Explicó que tiene mucha experiencia en este deporte, que practica una vez por semana, pero reconoció que se arriesgó a navegar en plena temporada de apareamiento de los caimanes.
“Nunca me han preocupado. Cuando los he visto en el pasado, se van por su cuenta y no se meten contigo. (Pero) esta época del año es mala para remar porque estamos en la época de apareamiento y los animales están cuidando sus nidos”.