El Gobierno estadounidense se retiró una vez más del Acuerdo de París; a la par que el nuevo mandatario ordenó aumentar la explotación de petróleo, gas y carbón, incluso en zonas forestales protegidas, y eliminó los subsidios para los vehículos eléctricos.
Al regresar a la Casa Blanca, Donald Trump declaró la emergencia nacional energética en Estados Unidos. El argumento del nuevo Gobierno es que los precios están muy altos, la capacidad de producción no está al tope y hay actores extranjeros que usan el suministro energético como arma. Por eso, para Trump, garantizar la energía es cuestión de seguridad nacional.En consecuencia, le dio un mes a todas las agencias federales para que envíen un reporte sobre cómo aumentar los recursos energéticos, pero estos recursos se concentran en los combustibles fósiles.En la orden ejecutiva que firmó Trump, apenas asumió la Presidencia, establece que al hablar de fuentes de energía se refiere al petróleo, el gas y el carbón, además de biocombustibles, energía geotérmica e hidroeléctricas, dejando atrás la solar y eólicas.En su discurso, prometió que en Estados Unidos iban a perforar pozos petroleros: “Vamos a perforar, perforar, perforar, baby”, fue su expresión. Aunque desde el Center on Global Energy Policy de la Universidad de Columbia le explicaron a France 24 en Español que esto ya va en aumento. “Estados Unidos ya está produciendo a toda máquina. Se está volviendo otra vez el mayor productor del mundo, basado sobre todo en 'fracking'. Está produciendo probablemente al más alto nivel que se ha visto desde finales de los sesenta e inicios de los setentas en cuanto
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