La tensión entre Estados Unidos y Colombia, que desató lo que podría ser la guerra comercial más corta de la historia, ha llegado a su fin tras poco más de ocho horas con un acuerdo entre ambos gobiernos para continuar las deportaciones de inmigrantes ilegales y evitar la imposición de aranceles.
El conflicto comenzó en la tarde del continente americano, cuando el expresidente Donald Trump anunció en Truth Social una serie de sanciones comerciales contra el Ejecutivo colombiano. Esto fue en respuesta a la negativa del gobierno de Gustavo Petro de permitir el aterrizaje de dos aviones militares estadounidenses que transportaban inmigrantes colombianos para su deportación.
Según Washington, existía un acuerdo previo aprobado por Bogotá, pero Petro habría revocado su autorización en el último momento, argumentando que el trato hacia sus ciudadanos no era "digno". Esta postura ha sido una denuncia recurrente en los últimos años y, en ocasiones, ha llevado a protestas o bloqueos similares.
El conflicto, que pudo haber escalado en mayores sanciones comerciales, fue resuelto rápidamente mediante negociaciones que evitaron un impacto económico significativo y restablecieron la cooperación bilateral.
