La investigación del asesinato de Paloma y Josué, de 16 y 14 años, enfrenta serios obstáculos tras la renuncia del fiscal encargado, quien se retiró alegando amenazas por parte del abogado de la familia. El caso, envuelto en controversia y sin una dirección clara, explora hipótesis que van desde un robo encubierto hasta un posible abuso sexual. La escena del crimen sigue siendo incierta mientras las autoridades intentan esclarecer los detalles macabros revelados por las autopsias.