Con quién el Presidente ya no puede disimular la tensión, ni siquiera para compartir un acto protocolar, es con la vicepresidenta, Victoria Villarruel. Ella no estuvo presente en el homenaje, porque no fue invitada, y decidió viajar a Ushuaia para asistir a un acto que organizó el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella. Lejos de los dichos del mandatario, la vicepresidenta que reivindica la dictadura y defiende a los genocidas, llamó a emprender “un proceso de malvinización”, y hasta citó al Papa Francisco cuando dijo “debemos implementar políticas hemisféricas que cuiden nuestra ‘Casa común’, a fin de evitar el saqueo de potencias que agotan las riquezas de nuestro océano”.