Canción interpretada por el legendario salsero puertorriqueño Andy Montañez, conocido como "El Niño de Trastalleres." Esta canción forma parte de su álbum "El Eterno Enamorado", lanzado en 1990 bajo el sello TH Rodven. Es un ejemplo destacado de la salsa romántica, con letras que exploran el amor y la incertidumbre en las relaciones.