Supongo que aunque no lo usen, porque es bastante ordinario, habrán oído en mas de una ocasión eso de ‘éramos pocos y parió la abuela’.
Pues en eso estamos, porque ayer, cuando todavía penaban por las estaciones muchas de las víctimas del Gran Parón ferroviario, se le cayó al socialista Óscar Puente parte del techo de uno de los túneles de la M-40.
Citó al más aullador de los ministros de Sánchez porque la gestión de esa carretera, vital para Madrid, depende del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
No se a quien intentarán echarle culpa del desaguisado, pero ya les adelanto que el mantenimiento y supervisión de la M-40 no es competencia de Ayuso o del alcalde Almeida, sino de la Dirección General de Carreteras.
No hubo ayer majaderos que se bajasen de los coches para bailar o cantar al atasco, como hicieron algunos en el Gran Apagón, pero seguro que los sicarios del régimen y los tertulianos de la ‘Brunete Pedrete’ vuelven a apuntarse a la tesis del ‘sabotaje’ y a repetir bobalicones que esos momentos de caos y miseria ciudadana son ‘beneficiosos’ para la salud y la convivencia.
Quien lo tiene meridianamente claro y ya ha descubierto a los siniestros autores del masivo corte eléctrico y del gigantesco parón de trenes es Monedero.
El baboso cofundador de Podemos, que se escondió como un topo cuando afloraron sus sucias costumbres con las mujeres, ha reaparecido en X para revelar la identidad de los malvados que cortaron la luz y bloquearon los trenes.
Tras descubrir el mastuerzo que hay "gente enfadada con el Gobierno”, escribe que "los sabotajes, a diferencia de los robos, tienen intención política”.
Y remata que “los beneficiados políticos del caos en los trenes son la derecha y la extrema derecha”.
En conclusión; que son Feijóo y Abascal quienes pararon los AVE, mandaron vagones repletos a la estepa cuando ya se sabía que los cables estaban cortados y ni se preocuparon de fletar autobuses para rescatar a los pasajeros o al menos suministrarles agua, comida y asistencia básica.
No se rían, pero es más o menos la tesis que intenta imponer el Gobierno Sánchez. Y no tengo claro si es más chistosa la ridícula estrategia del marido de Begoña o la y grotesca reacción de sus periodistas palmeros.
Ellos se están haciendo multimillonarios, pero España no funciona.
Es imposible conectar telemáticamente con la Seguridad Social. Los trenes se quedan tirados a mitad de trayecto. Se estimulan catástrofes como la DANA, la vivienda es más cara que nunca, el paro crece, el umbral de pobreza se extiende, aumenta la indigencia infantil y todo un país se va a negro, mientras nos dan la turra con las bondades de nuestro sistema del bienestar y nos fríen a impuestos.
Y estos caraduras, que llevan 7 años en el poder y han ocupado la presidencia del Gobierno dos de cada tres años desde que se murió Franco, hablan de un saboteador extranjero o de una conspiración de la derecha.
Dice Puente, en plan ‘Sherlock Holmes’, que hubo sabotaje