Las fuerzas de ocupación israelíes cometieron un nuevo crimen de guerra al atacar con armas prohibidas internacionalmente el campamento de refugiados de Al-Bureij, en el centro de la asediada Franja de Gaza. El bombardeo, dirigido contra civiles desplazados, dejó un saldo preliminar de 23 mártires palestinos, entre ellos mujeres, niñas y niños, sumando más víctimas al genocidio que el régimen sionista ejecuta contra el pueblo palestino. teleSUR