"Por culpa de Ryanair no he podido despedirme de mi abuelo ni ir a su entierro" comienza diciendo Carmen en un vídeo compartido en sus redes. La mujer asturiana reside en Bruselas y compró un vuelo para regresar a su tierra para despedirse de su abuelo, "estaba siendo sedado y le quedaban pocos días de vida", relata.
Para empezar, problemas con las medidas de la maleta que, asegura, no fueron tal pues la mochila "no entraba horizontalmente en el medidor, pero sí verticalmente". Pese a querer pagar el plus por facturarla la mantuvieron al margen del resto de pasajeros y al rato le comunicaron que la puerta de embarque había cerrado y que no podía volar. La usuaria denuncia la injusticia e informa de que pronto se votará en el Parlamento Europeo que cada aerolínea decida sobre sus equipajes, lo que supone un peligro pues "los derechos de los pasajeros deben estar por encima de los beneficios de las aerolíneas".