Los Gobiernos de Oriente Próximo mantienen la tensión ante la creciente escalada militar entre Israel e Irán, que entra ya en su segunda semana sin visos de una tregua inmediata. Mientras la región observa con inquietud la posibilidad de una intervención directa de Estados Unidos, varias capitales árabes temen ser arrastradas a un conflicto regional de gran escala que podría reavivar tensiones históricas y fragmentar aún más el frágil equilibrio geopolítico de la zona.
Ningún país vecino se ha visto directamente implicado, que ya ha dejado 263 muertos en Irán y 24 en Israel, según datos preliminares.