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Raúl Prada: "Los viñedos hicieron de cortafuegos y evitaron que ardieran las casas"

2025-09-02 2 Dailymotion

Raúl Prada no solo cultiva vino, cultiva memoria, tierra y resistencia. Desde su bodega familiar, Valdesil, situada en el corazón de Valdeorras, este viticultor cacereño afincado en Galicia ha vivido uno de los veranos más duros que recuerda. El fuego ha arrasado, solo en la provincia de Ourense, más de 96.000 hectáreas. Han ardido bosques centenarios, aldeas enteras y el alma de una tierra que bien merecería ser incombustible.

"Cuando se trata de gente mayor que está terminando su vida en una aldea y pierde su casa, yo digo: ¿Cuál es el siguiente capítulo de esta gente? Es decir, reconstruir tu vida con 92 años me parece realmente difícil. Pero bueno, en general creo que que la tragedia ha sido, por fortuna, más medioambiental que humana", asegura Prada.

El paisaje que tiene frente a sus viñedos es desolador y conmovedor porque "por un lado el horizonte es negro, lleno de ceniza, con bosques que han desaparecido por completo, pero al lado hay pequeñas islas de viñedo en su esplendor, con los racimos perfectos y maduros".

¿Y qué hace posible este contraste? Pues, tal y como explica el gerente de la bodega, sus viñas actuaron como cortafuegos naturales, evitando la propagación del fuego e impidiendo que llegase hasta las casas y aldeas. Mientras el monte ardía descontroladamente, la humedad y la limpieza del viñedo lograron contener el avance de las llamas: "El campo, cuando se trabaja, es capaz de frenar una catástrofe de estas dimensiones".