La alimentación influye de manera directa en la aparición de un proceso tumoral. Una dieta deficiente se sitúa como el segundo factor potencialmente evitable después del tabaco, según manifestó la doctora Irene Bretón, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, en una mesa redonda organizada por el Instituto Tomás Pascual Sanz sobre antioxidantes, cáncer y envejecimiento, durante la sexta Jornada Nacional de Obesidad y Factores de Riesgo Cardiovascular celebrada a finales del mes de enero.