En Bélgica, una ONG llamada Jóvenes Conductores Responsables, le jugó una broma a personas que presentaban la prueba para obtener su licencia de conducir. A los candidatos se les dijo que tenían que mandar mensajes de texto con un celular mientras manejaban por un camino de obstáculos, lo cual no terminó muy bien. El objetivo de la organización era demostrarles por qué el conducir y usar el teléfono no se deben mezclar.